sábado, 21 de febrero de 2015

El ritual de curación del kambô, una experiencia increíble!






 Bebida sagrada, que se utiliza en forma de ritual, es capaz de propiciar las experiencias más extraordinarias que alguien pueda imaginar en su vida!!! 
 Muchos rituales mágicos y curativos practicados por los habitantes de la Amazonía emplean animales y plantas que, por culpa de la creciente deforestación de la selva, quizá nunca lleguemos a conocer. Entre éstos, están los sorprendentes efectos del veneno de una simple rana y sus variadas aplicaciones terapéuticas. 

  En las entrañas del Amazonas, en Brasil, se custodia un legado dotado de vital importancia para la Humanidad; incontables remedios naturales, obtenidos de plantas y animales que son empleados con los más variados propósitos. Curanderos de muchas tribus los utilizan para sanar el cuerpo, equilibrar la mente y realizar increíbles proezas espirituales.  Sin duda, se trata de una auténtico laboratorio farmacéutico de la Naturaleza que existe en el planeta. 

 En uno de los más remotos rincones del orbe existe una tribu, un grupo de seres conectados profunda y sinceramente con la naturaleza y la espiritualidad, y cuya vida se mueve alrededor de la práctica del Santo Daime, de una bebida conocida como Céu do Mapiá (Cielo de Mapiá). 
 Quien ha experimentado sus efectos sabe que esta bebida sagrada, que se utiliza de forma ritual y a través de intensas ceremonias que empiezan al atardecer y acababan al amanecer del día siguiente, es capaz de propiciar las experiencias más extraordinarias que alguien pueda imaginar en su vida. 

 Clara Shinobuiura, de ascendencia japonesa y gran amiga de los seres mágicos de la naturaleza y la floresta, junto con otras seis personas, narra cómo fue que vivieron una de las más espectaculares experiencias que persona alguna imaginara vivir; “el ritual de sanación del kambô”.
 Este ritual consiste en la introducción del veneno de una rana amazónica, phyllomedusa bicolor, a través de quemaduras realizadas en la piel. Para llevarlo a cabo, entregada al rito ancestral, Clara raspó con una pequeña navaja lo que antes había sido el líquido extraído de la piel de la rana, llamada kampo o kambô, convertido ahora en sustancia sólida, preparada sobre una tablilla de madera. 

  Con un bastoncito quema en siete ocasiones el brazo izquierdo del ‘paciente’, a la altura del hombro, provocándole un intenso dolor pero que éste soporta imperturbable. Se dice que en ocasiones durante la etapa de sanación el aspecto físico del paciente sufre cambios, que el rostro de la persona que recibe el veneno del kambô sobre su cuerpo llega a parecerse al de una rana o que en ocasiones se pone de color verde. 

 Uno de los compañeros de Clara, que se dejó inocular la sangre con este veneno, asegura que es un mal trago que hay que pasar si realmente se quieren comprobar a conciencia los síntomas o el resultado. Como el veneno actuaba a una velocidad sorprendente, sentía como si le hubieran inyectado ácido en las venas, sentía en las siete punzadas un dolor acerado, como el de siete agujas metiéndosele hasta lo más profundo de su organismo. Después ocurrió algo verdaderamente extraño, sintió un calor como jamás antes; no era un calor que viniera de fuera, esta vez provenía de su interior. Era infinitamente superior al que se siente cuando alguien tiene cuarenta grados de fiebre y se le desarrollaba en segundos. 

  Pero entonces ocurrió algo insólito, un perro se echa sobre el ‘paciente’ mientras Clara entona unos cánticos, el perro se levanta sobre sus patas traseras y abraza al paciente por el cuello con las patas delanteras, como lo haría una persona. Clara dice que cuando alguien es curado con el kambô, su aura se torna intensamente verde y eso atrae a los animales. Y vean aquí las propiedades curativas del kambô, se ha comprobado su eficacia en el tratamiento de la depresión y de todo tipo de problemas como nerviosismo, ansiedad, fobias, estrés, y desequilibrio mental. Tiene gran capacidad de activar el sistema inmunológico y para actuar contra toda clase de trastornos musculares o articulares: artritis, reuma, ciática o tendinitis.



  También combate los dolores de cabeza, el asma, bronquitis, rinitis, sinusitis, enfermedades del sistema circulatorio, acné, hepatitis, epilepsia o malaria, así como en irregularidades de la menstruación. Su actuación resulta muy efectiva sobre la mayoría de los órganos del cuerpo; pulmón, genitales, bazo, páncreas, vejiga, estómago, intestino, corazón, hígado, garganta y tiroides. 
 Todo esto suena esplendoroso, el problema es que para utilizar el kambô se tendría que viajar hasta la Amazonía, y además, enfrentar el reto de encontrarlos, ya que los que chamanes se esconden en la inmensidad de la selva porque no quieren ser encontrados por los enviados de las empresas farmacéuticas. 
 Así, este ritual de curación, su bebida sagrada y el por qué causa tan extraordinarias sensaciones,  seguirá siendo uno de los Enigmas y Misterios que la Humanidad, se pierde por su misma voracidad.     



Fuente:  elaviso.com/enigmas-y-misterios

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